Les comparto este texto de
Marshall Rosenberg:
¿Cómo responder a los ataques
terroristas?
“Después de los ataques […] millones de personas alrededor del mundo
sienten profundo dolor. Se sienten encolerizados, asustados, impotentes
—y muy vulnerables—. Muchos tienen una profunda necesidad de sentirse
seguros otra vez; anhelan un mundo en el que puedan vivir en paz […]
Otros desean venganza y castigo.
Algunos quieren que la paz y la seguridad sean los objetivos de las
acciones que se tomen, otros quieren que las acciones se enfoquen en la
represalia y el castigo.
Esto presenta un verdadero problema: si nuestros líderes basan sus
acciones en la represalia y el castigo, yo creo que no pueden lograr el
objetivo de seguridad y paz en el mundo.
¿Por qué digo esto?
Durante los últimos 35 años, mis colegas y yo hemos trabajado alrededor
del mundo para ayudar a resolver conflictos entre pandillas, grupos
étnicos, tribus y países.
Una y otra vez hemos observado que las acciones motivadas por el deseo de
castigar generan represalias del otro lado, y que las acciones motivadas
por un deseo de paz generan actos de paz del otro lado. En ambos casos
las acciones crean ciclos que continúan par años, generaciones, siglos.
Yo y otros en mi organización hemos trabajado con personas de las partes
en guerra en Ruanda, Burundi, Sierra Leona, Nigeria, Sudáfrica, Serbia, Croacia,
Israel y Palestina. Nuestra experiencia nos ha enseñado que la seguridad
y la paz reales se pueden lograr, aún con mucho en contra, sólo cuando
las personas son capaces de ver la “humanidad” de aquellos que los
atacan. Esto requiere de algo mucho más difícil que poner la otra
mejilla: requiere de empatizar con los miedos, el dolor, la ira y las
necesidades humanas insatisfechas que están detrás de los ataques.
Nuestro trabajo está diseñado para ayudarle a la gente a aprender a
empatizar con las necesidades y las preocupaciones de la otra parte, y
comenzar a ver que “el lado contrario” es simplemente un grupo de humanos
tratando de protegerse y satisfacer sus necesidades. Hemos visto el odio
y el deseo de castigo transformarse en esperanza, cuando las personas
recibieron empatía de aquellos que habían matado a sus familias. Hemos
visto a aquellos que cometieron la violencia lamentarlo sinceramente,
cuando recibieron empatía de aquellos que habían sido afectados por sus
acciones. Hemos visto a personas de ambos lados perder el deseo de
castigarse mutuamente, y luego trabajar juntos para asegurar que las
necesidades de todos se satisfagan. Hemos visto antiguos enemigos crear
programas juntos para revertir el daño que habían creado y para asegurar
la seguridad de generaciones futuras.
[…]
Si el objetivo [de la respuesta a los actor terroristas] es la represalia
y el castigo, cada acción que tome será determinada por la respuesta a
esta pregunta: “¿Esta acción nos acercará más a castigar a los
responsables del dolor que hemos sufrido?”
En cambio, si su objetivo es la seguridad y la paz en el mundo, cada
acción será determinada respondiendo esta muy distinta pregunta: “¿Esta
acción nos acercará a la paz y a la seguridad duraderas para el mundo?”
Es mi ferviente deseo que nuestros líderes no busquen el castigo, sino
que se mantengan enfocados en crear la paz y la seguridad.
Para crear la seguridad a corto plazo, nos tendremos que proteger de más
amenazas. Esto puede incluir acciones tomadas con, lo que yo llamo, el
“uso protector de la fuerza.” Tal vez necesitemos capturar y encarcelar a
los perpetradores para que no nos puedan atacar otra vez. Tal vez incluso
tengamos que matar a algunos de ellos si no podemos restringirlos de otra
manera.
Pero, para el largo plazo, también necesitamos comenzar a crear la
seguridad y la paz duraderas en el mundo. Nuestros líderes necesitan
establecer relaciones que den origen a una verdadera y permanente
cooperación entre las naciones: necesitan comenzar ahora a cambiar las
circunstancias que provocan comportamientos violentos. Los países ricos
del mundo necesitan trabajar juntos para crear un mundo en el que toda la
gente tenga acceso a los recursos básicos que sirven a la vida, así como
protección a sus derechos humanos —un mundo donde toda la gente está
segura y libre, y tenga la oportunidad de crear una vida satisfactoria—.
Si hay una respuesta al enorme problema que tenemos delante, es buscar
soluciones que satisfagan las necesidades de todos los involucrados. Esto
no es idealismo utópico: he visto soluciones así crearse —una y otra vez—
alrededor del mundo.
www.latransformaciondelconflicto.es
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