jueves, 10 de diciembre de 2015

LA EXPRESIÓN DE LA IRA desde la NoViolencia

La Comunicación No Violenta (CNV) reconoce un propósito fundamental en la ira, nos habla de un valor muy importante para nosotras mismas. Esta encierra algo útil: una necesidad insatisfecha. Tratar de bloquearla no es nada fácil por su fuerza y la estrategia de omisión puede dar resultado seguramente sólo temporalmente, además puede ser nocivo para la salud. Expresarla haciendo responsable a la otra persona de mi vivencia puede ser de gran alivio temporalmente, pero nos alejará de las otras personas que posiblemente tomarán distancia desinteresadas por nuestros sentimientos y necesidades y muchas veces nos arrepentiremos de nuestras palabras y actos después. No conseguiré entonces satisfacer lo que tanto quiero y si lo consigo será por culpa, miedo, obediencia y/o intimidación: ¿Pero son éstas las razones por las que quiero que las personas con las que convivo contribuyan a mi bienestar? Además, cuando las personas actúan por estas razones nos guardarán rencor que tarde o temprano nos pasará factura.
Nunca nos enfadamos por lo que dicen o hacen las otras personas. Confundimos el estímulo con la causa. Nuestra cultura se sirve del sentimiento de culpa para controlar a otras personas (Papá y mamá se ponen muy tristes cuando traes malas notas), por lo que creemos que en nuestras manos está hacer que los demás se sientan de una determinada manera: yo soy la causa de cómo tú sientes. A la inversa, en las manos de otras personas está el hacer que yo me sienta de una determinada manera: tú eres la causa de cómo yo me siento. Estas ideas nos conducen a pensar en términos de bien y mal, lo que “nos legitima” a enfadarnos y a castigar: se justifica la ira. Con esta forma de pensar nos colocamos en relaciones de dependencia emocional y de poder.
Así, el punto de partida para entender la perspectiva de la CNV es distinguir el estímulo de la causa. El estímulo es aquello que he visto, he escuchado, he recordado y que será importante reconocer con precisión para transitar la ira. La causa es mi manera de pensar, mis juicios, que me desconectan de mis necesidades.
Cuando vivo una situación de ira puedo transitarla, transformarla y asumir la responsabilidad de mis necesidades siguiendo los siguientes pasos: Primero identificaré cual es el hecho, el estímulo, o alguno de ellos que sea significativo para mí, con el que estoy reaccionando con ira. Una vez lo identifico me conecto con todo aquello que me cuento:¿qué me digo? Es por esa forma de pensar por la que siento ira. Tras todos esos juicios están una o varias necesidades no cubiertas: ¿qué estoy necesitando? ¿Qué es aquello tan importante para mí en este momento? En un ejercicio de conexión con mi cuerpo lo averiguo y lo reconozco interiormente. Quizás entonces cambie algo, puede que me conmueva, me entristezca, sienta miedo o vulnerabilidad, quizás alivio. El sentimiento cambia a uno más sutil, más cercano. Entonces me resulta más fácil permanecer en contacto con mi necesidad y asumir mi responsabilidad sobre ella. A partir de ese momento, tengo la opción de escuchar a la otra persona e interesarme en si vivencia.
Este proceso de transitar la ira puedo hacerlo in situ, depende de la magnitud de la situación, mis habilidades sociales y mi voluntad de conexión. Después, como he dicho, podré ofrecer escucha a la otra persona. Otra opción es apartarme y ofrecerme escucha a mí misma o, si me resulta más fácil, pedir a alguien que me escuche para conectar con mis necesidades y transitar la ira dándome más tiempo antes de volver, si así lo decido, a comunicarme.
Si así lo deseo, me dirigiré a esa otra persona buscando conexión con ella primero, reconociéndola, y reconocimiento de mi vivencia después, en ese orden. Para encontrar conexión he de ofrecer empatía. Quiero oír su dolor porque quiero ver la belleza de esa persona, aquello que es valioso para ella, sus necesidades. Una vez que hemos conectado empáticamente con esa persona, es más probable que estará preparada para escucharme. Expresaré mi vivencia desde la CNV reconociendo mis necesidades como tales. Cuando en esta parte del proceso la persona que nos escucha “se siente” juzgada por algo, necesitamos moderar el tono, volver atrás y prestar atención a su dolor nuevamente. Más tarde volveremos a expresar y validar nuestras necesidades en esa relación. Escuchándonos y reconociendo nuestros valores, se restaurará nuestra conexión.
Hay ocasiones en que puedo expresar la ira con toda su fuerza desde la No Violencia. Y hacerlo puede tener un gran poder transformador. Puedo aprender a expresar la ira plenamente sin culpa: Me detengo y respiro profundamente, identifico los pensamientos que contienen juicio, me conecto con mis necesidades y las expreso. No es un ataque, que nos alejaría de la otra persona, es un grito al cielo desde mi propia vulnerabilidad, que podría tener la siguiente estructura: “estoy enfadado porque necesito…”. Puede dar mucho miedo expresarse así. Requiere valor expresar la ira desde uno mismo pues supone mostrarse abiertamente en un momento en que una necesidad muy importante está en juego para mí.
Javi García Gaitán
Comunicación No Violenta
Gestión emocional individual, relacional y grupal
Facilitación grupal
www.latransformaciondelconflicto.es

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