jueves, 17 de noviembre de 2016

Autoempatía
Una de las claves de la Comunicación No Violenta (CNV) es la manera en que nos tratamos a nosotras mismas: Autoiempatía. Cada persona es única y especial. Si somos violentos con nosotros mismos y nos autojuzgamos entonces nos tratamos como objetos y no podemos ver ni conectar con nuestra propia belleza. Además es difícil que seamos empáticos con las demás personas. Los juicios sobre nosotros mismos, al igual que todos los juicios, son la trágica expresión de necesidades no satisfechas. Dándonos autoempatía, conectamos con esas necesidades no satisfechas que están detrás de los juicios. Conectar me llena de una energía compasiva que pasa a ser el motor de los pasos y/o cambios que quiero hacer en mi vida. Desde esta conciencia mis actos son libres y más probablemente conectaré con la alegría. Cuando el juicio y el autoreproche es el motor de los cambios en mi vida, suelen venir acompañados de sufrimiento. En el imaginario del mundo de las culpas, una equivocación, un error merece un castigo. Como dice M. Rossenberg, “ Aún cuando a veces ‘aprendemos la lección’… … preferiría que el cambio estuviera estimulado por un claro deseo de enriquecer nuestra propia vida u la de los demás y no poe energías destructivas tales como la vergüenza y la culpa”.
Traducir del “tener que” al “elegir”
Cultivamos la autoempatía cuando convertimos el “tengo que” en un “elijo”. De esa manera tomamos conciencia de las necesidades que satisfacen nuestras acciones y que podemos elegir.
Por ejemplo: tengo que escribir una solicitud para dar un taller en la universidad. → Elijo escribirla porque realizar este taller satisface mi necesidad de sentido, contribución, aprendizaje y seguridad económica ...
Si actuamos por obligación, dinero, por aprobación de los demás o para evitar la culpa, la vergüenza o el castigo, no nos sentimos felices. Si queremos encontrar un sentido a aquello que hacemos que provea energía a nuestras acciones, nos ayudará conectar con los valores profundos que subyacen a estas más allá del dinero, la culpa... Nuestras acciones pueden pasar a ser elecciones responsables, o quizás, en esa conciencia, decidir iniciar algo nuevo.
Al “traducir” el “tener que” por el “elegir” descubrimos más alegría e integridad en nuestras vidas al descubrir los valores que hay detrás de nuestras acciones.
Duelo
Cuando hacemos algo de lo que no estamos satisfechos, podemos hacer un proceso de duelo y perdón hacia nosotros mismos. A través de la información que nos dan nuestros propios juicios sobre nosotras mismas, nos podemos conectar con las necesidades que tratábamos de cubrir cuando hicimos lo que ahora lamentamos haber hecho y, por otro lado, también nos podemos conectar empáticamente con los sentimientos y necesidades que teníamos en el momento en que decidimos actuar como lo hicimos. Sostener la conexión con las necesidades de una y otra parte, nos conduce a abrir el corazón a nosotras mismas en ambas facetas. Se trata de un duelo desde la CNV, un arrepentimiento sin culpa que nos conecta con la dulce tristeza de reconocer nuestros límites y de reconocer que distamos de ser perfectos. Desde este reconocimiento, podemos encontrar nuevas estrategias para nuestro aprendizaje y crecimiento personal. Para estar más en armonía con mis valores, desde el buentrato* hacia mí mismo.
Desde el mundo de las culpas, la vergüenza, la culpa, la ira o la depresión... son el motor del cambio cuando hago algo de lo que no estoy satisfecho. Cambio porque no me gusto. Es decir, la no aceptación de partes de mí mismo impulsa un cambio, y esto supone un coste importante para nuestra autoestima.

Autoempatia de primeros auxilios:
Podemos practicar a darnos empatía inmediata en situaciones de intensidad emocional (texto tomado de Helen Adamson):
• Respiro.
• ¿Cómo me siento en mi cuerpo y emocionalmente?
• Respiro.
• ¿Qué necesidad está viva en mí?
• Respiro.
• ¿Puedo abrir el corazón a mí experiencia?
• Respiro.
• ¿Quiero intentar conectar ahora con la otra persona?
• Si es que sí, ¿quiero empezar por recibirle con empatía o por expresarme honestamente?
“Seamos el cambio que buscamos en el mundo” (Mahatma Gandhi)
Algo más sobre las necesidades
Las necesidades básicas las compartimos con todos los seres humanos, es por ello que al reconocerlas en la otra persona se establece una conexión empática, reconocemos un valor compartido. Para poder reconocer las necesidades de otra u otras personas, necesito estar en contacto con mis propias necesidades. Estar en contacto con mis propias necesidades y con las de otra u otras personas es compatible. Algunos rasgos propios del pensamiento de nuestra cultura nos llevan a lo que Thomas D´Asemburg, autor del libro Deja de ser amable, sé auténtico, llama el pensamiento binario: O esto o esto, o conmigo o sin mí, o blanco o negro, o con mis necesidades o con las tuyas. Es importante para nosotras en el camino de integrar la CNV que estemos atentas a esta trampa según la cual la aceptación tuya implica la negación mía y a la inversa.
Si en contacto con mi necesidad no puedo acoger la tuya es porque quizás estoy confundiendo necesidad y estrategia. Conectarme con mi necesidad profunda implica hacerlo con un valor propio que está en juego, más allá de la situación. Se trata de una conexión en que me responsabilizo totalmente de aquello que es importante para mí. Al hacerlo, al reconocer que mi necesidad sólo tiene que ver conmigo, permito el espacio para escucharte. Algunas veces reconocemos nuestra necesidad pero no nos responsabilizamos totalmente de ella, otras, como ya se ah dicho, confundimos necesidad con estrategia. Un ejemplo de confusión entre necesidad y estrategia sería decir que necesito que me hagas caso, lo que sería una estrategia poco concreta y en la que vinculo mi bienestar a lo que tú hagas. Es posible que desde ahí me enfade contigo o te guarde rencor y que no pueda escuchar tus necesidades. Quizás en otros momentos me sienta culpable y decida negar mi necesidad y atender la tuya. En el mismo caso, otra cosa sería reconocer que necesito atención, escucha o reconocimiento, más allá de ti, más allá de que en este momento seas mi estrategia favorita para conseguirlo. Cuando hago esta diferenciación será más fácil ver y sostener empáticamente mis valores y los tuyos aunque sean distintos en ese momento. Cuando no la hago, quizás pueda pensar que para conectar con la otra persona tenga que renunciar a mi necesidad (pensamiento binario) y que mis necesidades me limitan: Puedo pensar: “por culpa de mi necesidad no puedo estar bien con las demás personas, se trata de una carencia, mejor no voy a escucharme más porque eso me da problemas”.
En nuestra relación con nuestras necesidades, también juega un papel la socialización de género. En una generalización, podemos decir que los mandatos de género han enseñado a las mujeres que ellas están para el servicio y cuidado de las demás personas y que sus necesidades no importan: ¿Para evitar el conflicto o tener armonía niego mis necesidades en nuestra relación? Por otro lado, los hombres pueden tener dificultades para reconocer sus necesidades, ya que tradicionalmente se ocuparon de ellas sus madres, abuelas y quizás luego sus esposas; además, estar en contacto con mi mundo interior no es una cualidad que desde el género se atribuya a lo másculino: ¿Me enfado porque no sé lo que me pasa? Cruzar los límites de los roles asignados socialmente, salirse de la norma, por mi experiencia, no nos resulta fácil a las personas. Como dice Thomas D´Asemburg: “Ser felíz no es necesariamente cómodo”.
En síntesis, para conectar con otra persona, primero necesito darme un espacio a mí misma, darme la importancia que tengo y reconocerme, validarme en mi experiencia cruzando los límites de mi identidad. Creo que sólo así podré escuchar a la otra persona completamente, conectarme con sus necesidades estando con las mías y, luego, buscar estrategias conjuntas si así lo deseo. No hacerlo puede alimentar relaciones de agresión-sumisión, alimentará el rencor entre las partes y minar nuestra autoestima.

*Buentrato: Los Vínculos Amorosos. Editorial Paidos. Fina Sanz

jueves, 16 de junio de 2016

Co-escucha o Escucha Compartida

Como seres humanos tenemos la capacidad de vivir con plenitud y la inteligencia propia de un genio. Esta es la premisa sobre la que se sostiene la técnica de la Coescucha que desarrollara Harvey Jackins en los años 60.Esta técnica entiende la inteligencia como la capacidad de responder creativa y flexiblemente a las situaciones que se nos presentan, lo que nos diferencia de los animales que tienen patrones de respuesta determinados. Sin embargo, en general, sentimos en alguna medida la existencia de limitaciones para llegar al óptimo funcionamiento y goce de la vida.

A lo largo de nuestra vida, vamos acumulando experiencias. Algunas son angustiosas y se producen crisis, procesos de duelo de mayor o menor intensidad y grado. Entonces se pone en marcha nuestro mecanismo natural de sanción que consiste en el desahogo. Llorar, temblar, reír, desahogo colérico, bostezar, conversar de forma animada y no monótona,  sudar, cambios de temperatura corporal, picor…, son algunos de estos mecanismos. La dificultades que encontramos para hacerlo, son las propias que marca nuestra cultural. 1) La respuesta que damos desde este condicionamiento es bloquear cualquier expresión de desahogo porque escuchar tu angustia me conecta con la mía, por lo que solemos decidir actuar de una de estas maneras:  Tranquilizar, minimizar, aconsejar, reaccionar emocionalmente, ser descortes,  consolar, tratar de satisfacer, bloquear la emoción, dar la razón, hacer razonar… 2) A medida que crecen, los niños aprenden a interrumpir su desahogo conforme los condicionamientos de culpa y vergüenza ganan terreno. 3) La creencia de que el ser humano es malo por naturaleza arraigada al pensamiento judeocristiano supone que escucharse, estar en contacto y expresar sentimientos y necesidades significa conectar con lo no deseable, y justifica la negación del mundo interior.

Cuando no hacemos un desahogo de la angustia con plenitud, las emociones quedan bloqueadas en relación con lo sucedido así como nuestra capacidad de dar una respuesta diferente y creativa (inteligencia) ante nuevas situaciones que resuenen con la vivida y no sanada. Pasamos a responder por guiones predeterminados, a repetir respuestas cuando no necesariamente son las adecuadas.
Si un/a bebé, aun no condicionado/a por mecanismos de vergüenza y culpa, y tras una situación angustiosa,  se le ofreciera un apoyo en el proceso de desahogo,  lo haría con la profusión y vigor necesario, de manera natural, y a continuación volverá a conectar con su bienestar. Habría limpiado esa experiencia y conservaría intacta si capacidad. Los adultos disponemos de esta capacidad y la coescucha propone un marco el cual se facilite.

Coescucha por parejas

Se trata de un espacio de confidencialidad en el que una persona habla y otra escucha con un tiempo pactado después del cual se intercambiarán los roles. Al pactar el tiempo establecemos con claridad a quién pertenece qué rol durante ese tiempo, lo que facilita que lo asuma con indicaciones claras y sin culpa.
Al terminar el tiempo de cada una de las rondas, la persona que escucha hace una pregunta sencilla con el fin de sacar a la otra persona de la historia que está compartiendo.
La persona que expresa dispone del tiempo para hacer lo que desee con él: puede hablar o no, es su tiempo. Ni siquiera es importante que su mensaje sea entendido. Se trata de un ejercicio de confianza, de dejarse llevar: cualquier camino es bueno.
La persona que escucha ofrece calidad de presencia y acogimiento y, en un principio, escucha en silencio. Puede preguntarle al inicio si desea un contacto físico, como sostener su mano entre las suyas, para reforzar el acompañamiento.
Una declaración de intenciones en la escucha podría ser esta:Mi atención pertenece plenamente a la persona que tengo frente a mí, me conecto con tu vivencia y sostengo mis procesos de identificación: no es el momento de prestarme atención y me lo recuerdo siempre que se me olvide. En este momento soy la persona que necesita la persona frente a mí para hacer justo lo que estoy haciendo: escucharla plenamente. La persona frente a mí es brillante, inteligente, posee un gran corazón, posee libertad de criterio y es totalmente poderosa. Confío en ella y en su capacidad infinita. Vivo deleitada, alegre, gozosa, la oportunidad de estar frente a ti, regalándote mi presencia consciente. Demuestro mi compromiso con mi entrega a este momento.
Tratando de dar un mensaje de que todo es bienvenido y que estoy muy interesada en lo que traigas, sea lo que sea, puedo adoptar algunas de estas estrategias:

a)    Mantener la mirada en la otra persona con una sonrisa en los ojos, sosteniéndola
b)    Mantener una ligera sonrisa budista en la boca
c)    Estar en contacto con la respiración

Si tengo algo de experiencia, puedo apoyar el proceso interviniendo en alguna ocasión al percibir la carga emocional:
a)    Asintiendo (Ummm, aha…)
b)    Nombrando con mucho respeto el sentimiento o la necesidad que me llega.
c)    Diciendo: ¿Te gustaría contarme más sobre eso?
d)    Repitiendo el mensaje

Coescucha grupal:

Se trata de un ejercicio en el que confiamos que la sabiduría propia del grupo se expresará en este marco. Practicamos la suspensión del juicio y un trabajo terapéutico en el marco grupal/ social. Es terapéutico para todas. Refuerza la confianza grupal en un espacio que cuida la seguridad y la igualdad en la participación de manera estructural. El rol de facilitadora es en parte compartido en el sentido de que, aunque esta se encarga de tiempo y cuidar que se respeten los acuerdos (confidencialidad y hablar en primera persona), el espacio a nivel de escucha los sostenemos entre todas.
Colocadas en círculo, disponemos de igual tiempo para cada persona que hace uso de su espacio como desee. El resto del grupo ofrece escucha consciente y atención plena, en ningún caso interviene. Los turnos son correlativos, y si alguien lo desea puede hacer pasar su turno para recuperarlos al finalizar la primera ronda. Tras esta primera ronda se realizará una segunda en la que se proponen tres alternativas: profundizar en un tema trasversal que saliera en la primera ronda, escoger uno con profundidad emocional que haya salido o expresar de nuevo libremente con la intención de profundizar más.

Para terminar se hace un cierre que cuide la conexión grupal y que puede proponer la persona facilitadora del espacio.

jueves, 9 de junio de 2016

Forum como herramienta para grupos


El Forum es una técnica de gestión emocional e indagación colectiva que tiene como finalidad contribuir a crear una nueva cultura de paz a través de los valores de la confianza y la transparencia. Su origen tiene lugar en la eco-aldea alemana Bautmitte y se desarrolla en la actualidad en las comunidades Zegg, también de Alemania, como en la comunidad Tamera en Portugal.

El Forum tiene distintas variantes, en su forma estándar un grupo de al menos 10 personas forman un círculo sentados en sillas, entre ellas se sientan la o las facilitadoras. Tras unas dinámicas para crear el ambiente de confianza necesario, las facilitadoras abren el espacio para que una persona salga al centro a exponer algo que quiere compartir con el grupo. En esta primera parte, el grupo comparte la responsabilidad de sostener el espacio junto con la facilitadora. Lo hace aplaudiendo la entrada y salida de la personas al centro y poniendo una atención interesada y empática sobre lo que ocurre en este espacio. La facilitadora, además guía el proceso. Apoya para obtener claridad, indagar, dejar venir nuevas ideas y anclarlas en el ahora presentándolas ante el grupo. Lo hace con preguntas y sugerencias, la creatividad y la expresión artística en estas juega un papel importante.

Una vez la presentadora vuelve a su silla, la facilitadora le pregunta si desea tener Espejos del grupo. Si no los desea termina aquí el proceso, si los desea, se abre este nuevo espacio en que las participantes que así lo quieran pueden levantarse y expresar lo que han visto, lo que han escuchado, lo que han sentido, sus intuiciones... también pueden hacerlo a través de distintos canales.  Los Espejos se hacen desde el centro del círculo y haciendo referencia en tercera persona a quien expuso, al tiempo que se dirigen al grupo y no a la persona individual: se mira al grupo al hacerlos. Queremos aquí despersonificar la información. Por otra parte, los dos primeros espejos pondrán el foco en valorar positivamente aspectos de la intervención, abriéndose otras posibilidades a partir del tercer espejo. La facilitadora cerrará el espacio de los espejos, entonces podrá abrirse un espacio para el proceso de otra persona.

Como se dice al principio, los dos valores fundamentales del Forum son la confianza y la transparencia. Creamos un espacio de confianza, seguro, dónde todo es bienvenido, donde al abrirnos y mostrarnos creamos confianza, donde al ser recibidos en nuestra sombra, ganamos confianza. Al tiempo trabajamos la transparencia, cuento cosas de mí en el centro, algunas conocidas por las otras personas y otras no; por otra parte, los Espejos me pueden dar información sobre mí que desconozco y las demás si que ven en mí. El grupo, en su cualidad de ser más que la suma de las partes, puede acceder a informaciones e intuiciones nuevas a través de la sabiduría colectiva que también enriquecen el proceso.

Según la Teoría de Sistemas la retroalimentación es una de las cuatro propiedades de los sistemas vivos, y contribuye a la supervivencia, aprendizaje y evolución de estos. En este sentido, los Espejos quieren ir más allá de las reglas culturales de la cortesía, ofreciendo una información que pueda ser valiosa para la evolución del individuo. Otra de las cualidades de la transparencia es como esta contribuye a la cercanía entre los seres humanos. Lo expresado con honestidad nos acerca, sea agradable o desagradable, y lo no expresado, un rencor, un amor, nos aleja. Así la transparencia se perfila como el pegamento social entre los seres individuales, el ingrediente que resuelve la ecuación comunidad/individuo. En nuestra cultura usamos la cortesía y las reglas moralistas como pegamento social, y así pagamos el precio del cansancio que supone renunciar a la autenticidad propia de estar en contacto con una misma.

El grupo es un fractal del mundo. En el Forum sano "delante del mundo" lo que no es sólo mío, pertenece a la humanidad, y tomo responsabilidad de mi parte. Mi personalidad es el resultado del proceso de socialización. He creado mis acuerdos acerca de quién soy con mis círculos sociales y es el círculo el espacio de renegociación y creación de nuevos acuerdos más cercanos y sostenibles en relación a mi Ser. De la misma manera renegociamos y transformamos nuestra cultura.



Javi García Gaitán

 

Comunicación No Violenta

Gestión emocional individual, relacional y grupal

Facilitación grupal

 

viernes, 20 de mayo de 2016

El Rango y el Poder en los Grupos

 Algunas veces vivimos situaciones, discusiones, en las que vemos las cosas de una determinada manera, nos parece muy evidente, y quizás, que lo veamos tan claro y fácil tenga que ver con nuestros privilegios en esa situación: Estamos cómodas, nos movemos y expresamos con facilidad, tenemos rango. Quizás por mi género, o por mi estructura corporal, o por el lugar que ocupo en la organización, o porque puedo usar bien la palabra, o conozco un tema mejor que otras personas, o por mi forma de estar..., soy valorado. El rango es el lugar y el poder asociado al lugar que ocupo en un determinado grupo en una determinada situación. Se trata de un poder que me otorga el grupo en virtud de reconocer en mí unas cualidades valiosas para las personas en esa situación. El rango me da poder, la inconsciencia de mi rango me puede llevar a cometer abusos: Puedo hablar desde este lugar: "Lo que yo opino es evidente y normal, lo que opinan las otras es inadecuado." La conciencia de mi rango me puede ayudar a escuchar a la otra persona, quizás hay algo que no estoy viendo. Con la conciencia de mi rango, de mi poder, puedo usar este en beneficio del grupo, para que cada persona asuma su propio poder.  

Os lanzo unas pregunta: ¿Podéis reconocer situaciones, conversaciones, discusiones, en las que hayáis opinado sobre algo sin daros cuenta de que lo hacéis desde un lugar de privilegio? ¿recuerdas momentos en que tu manera de vivirlos tiene que ver con la posición "más cómoda" que ocupas? Por otro lado, ¿puedes reconocer situaciones en las que estás incómoda en un grupo, no te atreves a hablar, no sabes cómo ponerte o has dicho algo que no ha sido acogido porque representaba una opinion minoritaria o no cercana a la cultura grupal o a las personas con más rango del grupo? ¿Has podido sostener tu opinión en esas circunstancias? ¿Cómo lo has hecho? La Democracia Profunda, concepto de Arnold Mindell, es un lugar donde la diversidad de necesidades existente en un proceso intrapersonal, interpersonal o grupal son reconocidas. De manera que los roles o voces internas que tienen rango toman conciencia de sus privilegios, y el dolor de los roles o voces internas con menor rango es reconocido. Sólo así podremos actuar con más conciencia.

miércoles, 6 de abril de 2016

Forum Zegg


Hace unos días volví de un curso intensivo. Estoy en un proceso de formación de la técnica Forum Zegg.  El Forum es una herramienta de autoconocimiento colectivo y de prevención de conflictos que se usa desde hace décadas en la Ecoaldea Zegg cerca de Berlín. Su razón de ser es cultivar la confianza y la trasparecía en el grupo como base sólida sobre la que crear una nueva cultura relacional.
Lo que quiero compartir con vosotras es mi asombro con la naturaleza de los procesos humanos individuales y colectivos. Todas las participantes del Forum con las que he hablado después han compartido que ha habido cambios y movimientos que se han generado en sus vidas después de esta semana. Me fascina pensar que al conectar con la esencia, al ir atreviéndonos a cruzar nuestras barreras, a mostrarnos en grupo, con nuestros anhelos, miedos, esperanzas, necesidades profundas, sueños..., se abre un nuevo espacio que ya no está sostenido, marginado, sujetado por las ideas moralistas y absolutas con las que tratamos de anclar nuestra personalidad y obtener seguridad. Entonces, lo nuevo tiene un espacio para emerger, lo marginado en mí me da la oportunidad de verlo: Aunque sea por un momento, soy más completo y auténtico. De alguna manera esto cambia nuestro mundo, donde nos colocamos, y de manera sistémica la nueva conciencia se encarna. Entraremos en crisis o llegaremos a lugares de resolución temporal, como nuestra naturaleza y la de la vida.

jueves, 18 de febrero de 2016

Teatro Social de la Presencia (TSP)

El TSP es una de las herramientas que propone Otto Sharmer para que los grupos transiten el proceso creativo según lo define en la Teoría U. Esta parte de la premisa de que para obtener nuevas respuestas a los problemas de siempre debemos actuar desde otro nivel de conciencia al que todas las personas tenemos acceso, y trata de explicar científicamente como se da el proceso creativo en las personas y los grupos. Para transitar la U, define cuatro niveles de escucha que corresponden al lado izquierdo de bajada de la U. El primero lo llama Descargar, es el nivel en que no soy penetrable por lo nuevo porque “ya conozco las respuestas a priori”; el segundo lo llama Debatir, mostramos las diferencias y se habla en detalle sobre ellas; el tercero es Diálogo, es una parte más reflexiva en que tienen cabida los sentimientos, lo personal; por último el Diálogo Generativo, que tiene lugar desde una nueva conciencia integradora y creativa. Esta parte representaría la parte izquierda de la U. A partir de un desarrollo más amplio y profundo de estos conceptos, Otto Sharmer, propone dinámicas, tecnología social, para apoyar a personas, grupos, empresas y a la sociedad en general a bajar por este lado de la U y ascender por el lado derecho. Cuando conectamos con los más profundo de nuestro ser, de lo esencial de fondo, podemos dejar venir como emergente y prototipar nuevas formas, nuevas respuestas inacabadas, que se van construyendo en la prácticas y son chequeadas modo ensayo-error. Esto nos lleva a la co-creación, la cristalización de nuestro ensayo y, finalmente, a la co-evolución: la integración en el sistema de la nueva respuesta.

Desde el estímulo a la rápida respuesta difícilmente podemos cambiar nuestros hábitos y fácilmente reproduciremos los patrones aprendidos. Es por ello que la Teoría U se propone como un camino para afrontar los retos y transformar  el modelo de liderazgo. Ante los retos que se nos presentan: ¿Desde dónde actuamos?

El TSP es una dinámica que se sitúa en la fase del Diálogo o el Co-sentir, aunque cada fase y cada propuesta son una U en sí mismas. Su finalidad es acceder a nueva información que está queriendo emerger para usarla en beneficio propio o del grupo. Su premisa fundamental, como yo las entiendo, son que el canal de escucha de lo emocional, la información marginada o sutil, es el cuerpo, y que el bloqueo o el conflicto son insostenibles, la dinámica propia de estos está queriendo proponer un nuevo movimiento que nos lleve a una nueva resolución, que estando en proceso constante, siempre será temporal.

Así, el TSP, se divide en dos partes, la primera se llama la danza de los 20 min y la segunda tiene dos posibilidades según ha sido diseñada: El Ejercicio de Bloqueo, enfocado a hacer un trabajo individual; y el Mapeo de 4 D, diseñado para hacer una indagación del grupo sobre sí mismo.

Si la sesión, que se desarrolla siempre en grupos, está enfocada a un bloqueo individual, de mi experiencia vital, podremos partir de una situación en mi vida que me gustaría cambiar, que siento está paralizada… Si está enfocada a la indagación del grupo, la pregunta viene a ser la misma pero con respecto al grupo, en ese caso el grupo acordaría la respuesta.

La Danza de los 20 min es un calentamiento de la escucha a través del cuerpo. Propone un ejercicio en el que en silencio las personas identifican una postura inmóvil, la toman, la escuchan y ponen la atención en cuáles son los nuevos movimientos que quieren emerger hasta llegar a una nueva postura inmóvil. De esta se llegaría a una tercera y así en adelante. Estas posiciones inmóviles las llamamos escultura 1, escultura 2,…

Este ejercicio tiene sentido para practicar la próxima parte dentro del Ejercicio de Bloqueo. Primeramente, cada una de las personas identificará su bloqueo y formulará una escucltura1 que lo represente. A partir de esta, una y otra vez, a lo largo de 10 min, trataremos de sentir cada una de sus partes. La escultura 1, los movimientos emergentes, y la nueva o no escultura2.

Desde esta experiencia nos colocamos en círculos de 4 a 6 personas y de una en una, respetando el tiempo de integración y ofreciendo atención, cada persona muestra su escultura1, los movimientos emergentes a partir de esta y la llegada a un nuevo lugar de resolución temporal de la escultura2. Desde aquí, primero la persona que ha representado y luego el grupo, tienen la posibilidad de decir una palabra. Queremos mantener la conexión con lo profundo, por lo que evitaremos la conversación.

Después de expresar todas las personas podemos cerrar con una co-esccuha, en la que las personas podrán poner en palabras su experiencia y un compartir en grupo, dónde cerrar el espacio.

El Mapeo 4D diseñado para indagar los bloqueos en la experiencia grupal, os lo cuento otro día

lunes, 25 de enero de 2016

CNV con l@s niñ@s


¿Qué tipo de relación quiero tener con los niños y las niñas? ¿Con mis hijos/hijas si los tengo?, ¿deseo que atiendan a mis peticiones por miedo, vergüenza, intimidación y/o respondiendo a la manipulación?, ¿o deseo que lo hagan por el deseo de contribuir a mi bienestar? ¿Deseo que tengan autonomía propia, confianza en su propio criterio y confíen en la resolución de conflictos?
Por lo general y a priori, deseamos que los niños respondan a nuestras peticiones de manera voluntaria, por decisión propia. La dificultad la podemos encontrar cuando sus deseos o necesidades son distintos a los nuestros y nos enfrentamos a las resistencias y negativas por parte de estas pequeñas personas. En estas ocasiones, podemos tener la tentativa de querer obediencia en base de nuestro sistema de creencias: “Los adultos saben y los niños no, yo sé lo que te conviene”. Como dice el dicho popular: “cuando seas padre comerás huevos”.

Para encontrarnos con estas personas, según la propuesta de la CNV, necesitamos estar en contacto con un conjunto de principios y enfoques que se orientan a una relación de escucha con uno mismo y con los demás. Trataremos que estos estén todo el tiempo presentes en nuestras relaciones. Estos son los siguientes:

Priorizar la conexión: Ante todo quiero que nos veamos la una a la otra.
Preocuparme por las necesidades de todas: por las mías y por las tuyas.
Buscar qué necesidades existen tras los comportamientos que no me gustan: en ti y en mí.
Compartir el poder, de manera que se tenga en cuenta la necesidad de elegir de ambas, en lugar de usar estrategias para ejercer nuestro poder sobre alguien.

 Para ello tendré que replantearme la manera en que me hablo y hablo con las personas más pequeñas: Expresar la comprensión de lo que está ocurriendo conmigo mismo y con mi hij@, conectarme con los sentimientos de ambos, me ayuda a calmarme, a empatizar y a encontrar estrategias integradoras de las necesidades vivas en la relación. Por otro lado, valido la experiencia del/de la menor y la mía propia sin juzgarla, lo que supone un reconocimiento y validación que fortalece la autoestima y, además, al comunicarme en el lenguaje de sentimientos y necesidades, ofrezco alfabetización emocional.

 Hemos elegido cuatro situaciones tipo en las que nos podemos encontrar con los niños. Estas son las siguientes:

1. Escuchar el “sí” en el “no”.
2. El uso protector de la fuerza
3. Mediar entre niños/as
4. Elogios


1. Escuchar el “sí” en el “no”

Como en cualquier otra relación, cuando escuchamos un “no”, puede abrirse una brecha entre lo que queremos una parte y la otra. Entonces es posible que surja el dilema de usar estrategias relacionadas con la disciplina, el premio, el castigo, la manipulación…, o priorizar la conexión. En caso que decidamos lo segundo, para cubrir mis necesidades y las de la otra persona, pondremos la atención en descubrir cual el “sí” que se esconde bajo el “no”. Desde lo que llamamos “el lenguaje de las culpas”, cuando escuchamos un “no”, solemos, generalizando, actuar de dos maneras: 1. Lo omitimos (como si no lo hubiese escuchado pues es una respuesta que no me interesa) o nos conformamos. En muchos casos se termina la conversación. La CNV propone que un “no” sea la puerta de entrada para una conversación en la que descubramos a qué dices “sí” cuando me dices “no”. Cuáles son las necesidades que sí estás cubriendo o buscas cubrir cuando respondes “no”. ¿Qué es aquello que es importante para ti en este momento?

 Un ejemplo: estamos en un parque, quiero ir a casa y preparar la cena. Mi hija está jugando con otros niños, le digo que nos vamos y ella me dice "no". Si me conecto con sus necesidades de jugar, diversión y estar en compañia con los otros niños, escucho el "si" bajo el "no" y puedo acogerlo, por ejemplo diciendo a mi hija: "veo que estás muy contenta y te gustaría seguír jugando y estar juntos con los otros niños, es así?" ... y con eso abrimos un dialogo.
Aunque a veces no podamos satisfacer las necesidades de ambos podemos acoger y reconocerlas (como en este ejemplo las necesidades de la niña) y eso ya cambia algo.
A muchas personas, escuchar un “no”, no nos resulta fácil. Estamos socializadas en el “sí”. Por ello, necesito estar en contacto con las necesidades que se ponen en juego para mí cuando escucho “no” para poder acercarme al diálogo, quizás con cierto dolor o tristeza, pero responsable de mi propia necesidad, sin reproches, sin juicios moralistas…

Cuando puedo afrontar esta situación de esta manera favoreceré la confianza, educaré en relaciones de igualdad y en un mundo de posibilidades (ya no es o lo tuyo o lo mío, si no que podemos encontrar un montón de opciones creativas en las que cabemos ambas personas).

 Además de todo, aunque pueda no parecerlo, a la larga ahorraremos tiempo. En la medida en que salgamos del pensamiento binario de o tú o yo y nuestra relación tome confianza por ambas partes de la voluntad de estas en encontrar estrategias que nos tengan en cuenta a ambas, conectaremos con nuestra naturaleza solidaria que encuentra sentido cuando contribuye al bienestar de las demás. Desde “el mundo de las culpas”, nos encontraremos constantes resistencias y estrategias de saboteo ante nuestras demandas y exigencias, pues está en juego un valor capital para el ser humano, independientemente de su edad: la libertad de elegir. No reconocer la libertad de elegir, bloquea el deseo natural de contribuir. Seguramente así, perderemos mucho tiempo en constantes situaciones.

2. El uso protector de la fuerza.

 Cuando nuestras necesidades no se satisfacen siempre existe la opción de usar la fuerza punitiva para satisfacerlas. La fuerza protectora en CNV es el uso de esta en aquellas situaciones en que queremos proteger la seguridad de alguien y no hay el tiempo, la habilidad o las ganas de hablar. La diferencia entre una y otra es la intención.

 Cuando alguien va a cruzar la calle y viene un coche y veo la persona en peligro, no hay tiempo, puedo usar la fuerza protectora para agárralo y hacerlo volver a la acera inmediatamente.
Cuando todas estamos seguras puede volver el diálogo.

3. Mediar entre niñ@s

 Cuando dos niñ@s discuten, pelean y tienen un conflicto, por ejemplo, l@s dos quieren tener la misma piedra, solemos intervenir para determinar quien la tenía primero, hacer cumplir la regla, usar el objeto por turnos, amenazar con consecuencias… Quizás nos pongamos nerviosos o furiosos porque necesitamos aceptación, si hay otras personas delante, o propongamos algunas de estas estrategias porque es importante para nosotras reparar el daño, proteger a nuestros hij@s del dolor emocional y físico que supone relacionarse así, compartir, cooperar, que haya justicia, proteger…
Son valores que con estas estrategias, usando mi poder, no satisfaremos. Así no cubrimos muchas de estas necesidades. Cuando un adulto decide en virtud de autoridad, enseña que si tienes el poder puedes usarlo de esta manera.

 En la mediación, será importante que se escuche y reconozca la vivencia de las partes y acojamos las necesidades de estas. Si usamos la coerción bloqueamos la generosidad. L@s niñ@s, tendrán que tener la confianza de que se va a respetar su libertad de elegir para que puedan conectar con su generosidad ante el conflicto. Para ello, es importante que los adultos confiemos en el deseo innato de las personas a contribuir al bienestar de los demás. Con esto presente, usaremos la CNV con l@s niñ@s. Así contribuiremos a reforzar los valores de autonomía, consideración y confianza en la resolución de conflictos.

4. Elogios

 Los elogios son una forma de expresar gratitud y apreciación: “eres muy inteligente” es un elogio. La consecuencia de expresar nuestro compromiso activo con las acciones o creaciones de l@s niñ@s a través de evaluaciones tiene sus consecuencias. Usamos un lenguaje binario de elogio/crítica, en el que puedes ser muy inteligente, si actúas cómo a mí me gusta, y muy “burro”, si actúas de manera que no satisfaces mi necesidad. De esta manera l@s niñ@s pueden comenzar a guiarse por motivaciones extrínsecas en busca de la aceptación y desconectarse de cuáles son sus necesidades, pues esto puede ser contraproducente para encontrar dicha aceptación: si me escucho a mí no me querrán, si quiero que me quieran he de estar atento a lo que desean las demás personas que yo haga.
Por el contrario, expresar nuestro compromiso activo con las acciones o creaciones de l@s niñ@s sin evaluarlos, supone salir del paradigma de juez, y conectarnos con los sentimientos y necesidades que hay detrás de lo que acontece. Hacerlo así supone responde a la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que has hecho que ha enriquecido mi vida? Puedo expresar eso que me gustó reconociendo el hecho, qué sentimientos se despertaron en mí y qué necesidad se cubrió en mí. De esta forma doy información concreta, al hablar del hecho, de que estrategias puedes llevar a cabo para enriquecer mi vida.

 La crítica, al otro lado del elogio, también podemos traducirla reconociendo el hecho y haciendo una conjetura empática: Por ejemplo, una niña tira una pelota fuera del campo jugando al futbol y dice “qué mala soy”; esto se podría “traducir” de la siguiente manera: “Al tirar ese golpe fuera del campo(observación), ¿te sientes frustrado (sentimiento) porque quieres apoyar (necesidad) a tu equipo en este partido?

Javi García Gaitán
Comunicación No Violenta
Gestión emocional individual, relacional y grupal
Facilitación grupal

sábado, 16 de enero de 2016

COMO DAR Y RECIBIR FEEDBACK Y CRÍTCAS



Interacciones humanas

 

El feedback, la retroalimentación, la devolución que me hace el entorno en mis interacciones con él, es para mí una de las fuerzas de la evolución. Podemos verlo así prestando atención al desarrollo de las células, los animales, las plantas, hasta nuestras vidas. Desde esta perspectiva me surgen dos preguntas: ¿Cómo puedo dar feedback de forma que pueda apoyar el desarrollo de las personas que me rodean? ¿Cómo puedo acogerlo de manera que pueda nutrirme al máximo de él apoyando mi proceso de crecimiento personal?

Tanto para una cosa como para otra, me encuentro con algunas dificultades. Por un lado, el lenguaje que he aprendido está lleno de evaluaciones como bien y mal, correcto e incorrecto, adecuado e inadecuado… y por otra parte, este lenguaje suele ser poco concreto. Con las evaluaciones tiendo a alejarme y con la falta de concreción no sé qué me quieren decir.

Además de estas, están las propias del feedback valorativo y el feedback crítico. En mi opinión estamos educados para fijarlos en lo que se puede mejorar más que en lo que valoramos de nosotras mismas y de otras personas.  El reconocimiento y valoración de aquello que contribuye a mi bienestar forma parte de celebrar la vida y mejora la relación que tenemos con nosotras mismas y con las demás. El feedback crítico lo entiendo de dos maneras: Una que hace referencia a algo que ha hecho la persona y que me ha afectado de alguna manera y deseo compartirlo, y otra en la que expreso que ha hecho la persona y que hubiera hecho yo por si le puede servir.

 Podemos imaginar los feedbacks valorativos y críticos en los extremos de un eje continuo en el que tenemos las dificultades propias de movernos por los límites propios de la experiencia de dar y recibir. Valorar y criticar, así como recibir valoración y crítica, puede sacarme de mi zona de confort: ¿Me cuesta valorarme, aceptar la valoración y/o valorarte? ¿Cómo me siento al dar o recibir un feedback crítico? Hacerlo atentas a algunas claves y con una clara intención de apoyo, contribuye al conocimiento personal y reforzar las relaciones.

Algunas claves para dar y recibir feedback nos las da la Comunicación No Violenta:

Podemos dar feedback expresando que fue aquello que hizo la otra persona, la observación (O), que sucedió en mí, mis sentimientos (S), qué necesidades se cubrieron con ello o no (N) y acompañarlo de una petición (P) de conexión (¿qué has entendido de lo que te he dicho? y/o ¿Cómo te sientes al escuchar esto?). Con la observación, se concreta aquello que ha hecho la persona que es susceptible de reforzar o modificar. Por otro lado, se cuida que la persona no reaccione de manera defensiva: Es más fácil reconocer un hecho al ser escuchado que una evaluación al estar libre de opiniones.

 La expresión de los sentimientos y las necesidades, forman parte de un lenguaje en el que tomo responsabilidad de mi experiencia. Evito un lenguaje culpabilizador. Por otro lado, expresar de manera auténtica mis S y N contribuye a la creación de un clima de sinceridad y conexión, elementos clave para recibir el feedback.

La petición de conexión nos habla del compromiso que tengo de ser entendido y de saber cómo está mi interlocutora. Estoy diciendo: Expreso esto que tiene que ver contigo y conmigo, y permanezco a tu lado para saber cómo te llega porque me importas. Si dar y recibir feedback puede suponer encontrarnos con nuestros límites, el compromiso para sostener ese espacio cuidadosamente es la plataforma sobre la que obtener sabiduría.

A la hora de recibirlo podemos tener en cuenta algunas de las siguientes ideas que, aunque las expongo de una manera ordenada que tiene sentido para mí, su expresión también depende del devenir propio de la energía de la interacción que se capta a través de la escucha profunda. Usar más o menos las estrategias que expongo a continuación dependerá de mi/nuestro deseo de indagar acerca de la cuestión.

Quizás puedo empezar parafraseando, diciendo lo que ha dicho la otra persona, lo que he entendido o devolviendo uno, algunos o todos los elementos de la CNV (O-S-N-P): ¿Qué te llega con más fuerza? Mostrar interés puede dar pie a que nuestra interlocutora se exprese con mayor precisión y profundidad. Quiero saber exactamente que es aquello que he hecho y como ha resonado en ti.

Cuándo recibo una crítica, hacer clara la acusación, parafraseando, diciéndola yo, preguntando, e indagar sobre qué está en juego para la otra persona, es fundamental para transitar el proceso.

Otra forma de intervención es reconocer el 1% de verdad, una parte que valoro y reconozco de la retroalimentación. También podría decir: “Eso no es así, es de esta otra manera”: Defenderme. Hacerlo puede ser relevante para el proceso: Cuida tu intención de “llegar a la verdad” al hacerlo.  Otra forma que puedo usar es expresar los sentimientos y necesidades que surgen en mí al escuchar tus palabras. Puede que luego el proceso empiece a pedirnos hablar desde lo personal, sigue el flujo.

Más allá de todo esto, ten conciencia del poder que tienen los roles que se dan en la relación, ¿Cómo te sientes? ¿Hay cosas que no te atreves a decir? Eso tiene que ver con el poder que tienes. Quizás puedes traer claridad sobre esto. Si estás muy cómodo e incluso “te suena a chino” la crítica que recibas, puede o no que tengas mucho poder y poca conciencia de este. Otro aspecto trasversal en la comunicación son las señales no vervales y las dobles señales (Ejemplo: digo una cosa con el cuerpo y con la palabra otra). Estate atenta a las señales no verbales que participan en el proceso e interésate por ellas, pregunta sin valorarlas, pueden tener información valiosa para ti.

Todo este proceso lo sostiene una pregunta de fondo: ¿Cuál es tu intención al dar feedback o hacer una crítica? Trata de ser honesto en la respuesta de esta pregunta, reconoce los 1%s, si estás resentido y lo dices honestamente estarás dando un paso hacia “la verdad” y posiblemente te lo agradecerán. Algunas veces expreso cosas para quitármelas de encima y sentirme mejor yo sin tomar responsabilidad sobre la relación. Puede que haya cosas que, para cuidar la relación, pueda elegir gestionarme yo por otro lado, puede que decida compartir cosas con el compromiso de sostener el espacio para la otra persona durante la interacción.
 
Javi García Gaitán
Comunicación No Violenta
Gestión emocional individual, relacional y grupal
Facilitación Grupal